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Maestros y discípulos libres y vacíos como canales permeables de transmisión por donde circule la sabiduría y el conocimiento de una pedagogía de co creación construida en el instante mismo del encuentro…
Una pedagogía que prolongue lo más posible, el asombro, la inocencia, el sentido de generosidad y de disponibilidad al juego libre…
A expresarse sin prejuicios, a no perder contacto con lo misterioso, con lo inefable, con lo universal, con la totalidad, con las energías invisibles, y con esa plenitud y ternura con la que todos, recién encarnados en esta dimensión, pudimos irradiar durante esos primeros años con una intensidad inquebrantable…
Una Pedagogía Imprevista donde lo único previsible sea evitar que la creatividad sucumba!
¿Podemos confiar en una forma de encuentro entre “maestros” donde no haya nada programado?
¿Podemos prepararnos para desarrollar la pedagogía del instante?
¿Podemos ser capaces de permitir que el acontecimiento/ encuentro, se geste exclusivamente allí…en el mismo instante en que se está creando?
Quizá hoy no seamos capaces de semejante aventura…
Pero sí de empezar a detectar y quitar del medio como docentes y humanos, todos aquellos programas, prejuicios, creencias y temores, que atentan contra la gestación de una pedagogía liberada sólo al instante presente.
Desde hace más de 25 años venimos desarrollando este tipo de acontecimientos(clases, seminarios, talleres intensivos, formaciones, retiros, congresos, foros) y pudimos comprobar que es posible acceder a este tipo de experiencias y del bienestar que provocan.
No es un nuevo recurso o experimento que deje fuera a otros, ni un método para alcanzar algo en particular, pues su búsqueda está anclada en la integración de todos los lenguajes posibles y en la apertura de todos los canales físicos y metafísicos para ir adquiriendo un mayor estado de conciencia en nuestra forma de estar vinculados y en nuestras percepciones de lo que nos atraviesa como individuos y como colectivo humano en cada instante y en este en particular.
Venimos acompañando a diferentes equipos hace varios años.
Fueron grupos de diferentes países y ámbitos, elencos y compañías artísticas, equipos, organizaciones, establecimientos educativos en todos los niveles, públicos y privados, ONG, etc. También muchísimos seminarios abiertos a toda la comunidad.
Principalmente nuestra experiencia sigue activa en España, México y Argentina..
La pedagogía del presente, es un concepto, pero no es un método definible linealmente.
Tiene sentido que así sea.
Son herramientas de conexión personal, para aplicar en el aula , para utilizar en la conducción de grupos en cualquier ámbito, y desde ya , son aplicables en cualquier momento del proceso educativo. Se pueden realizar en cualquier momento de la estructura de la clase , o ser parte integral permanente del proceso de aprendizaje.
Lo que queremos es que con quien compartamos las experiencias vivan primero en sus propios cuerpos, en sus almas y sobre todo en su conciencia el beneficio de estas dinámicas que forman parte de las pedagogías del presente, para que luego ellos puedan encontrar la forma de introducirlas, de renovarlas y recrearlas para su propia alegría en la tarea cotidiana y en su vínculo con sus discípulos.
Hemos visto y comprobado permanentemente que para que un aula, se convierta en un espacio de expansión de la conciencia su coordinador o guía tiene que poder enamorarse de estas condiciones de trabajo imprevistas, inesperadas, fantásticas y altamente formadoras de seres humanos emprendedores, sensibles y empáticos.
Aunque parezca lo contrario, ser permeable a dejarse llevar por una “escuela o aula imprevista” sostenida por una pedagogía que se va creando en el mismo instante y cuya teoría no está prefijada de antemano, sino que se escribe naturalmente como resultado de la experiencia vivida, requiere de un cuerpo docente mucho más comprometido que con las pedagogías que se programan de manera previa al encuentro.
Un docente permeable a la pedagogía del momento sabe que su escucha activa debe estar en un estado de alerta máxima, su mirada muy liberada de juicios y prejuicios, su empatía en permanente flexibilidad y adaptación al cambio, y su espíritu creativo entregado al máximo potencial. En una permanente sístole /diástole entre vacío y creación
Es un renacer como docente cada día. El Reinventarse como método para mantener vivo el concepto del aquí y ahora y que eso impregne toda la sustancia vincular en el espacio de aprendizaje.
No esconder su sensibilidad, su amor, su vulnerabilidad, sus regocijo más pleno, sus miedos, para poder ofrecerse en totalidad a lo que se construye en ese instante y que sirva de ejemplo viviente de que todas las sustancias alimentan la expansión de la imaginación y la creatividad.
Cuando uno se zambulle en ese nivel de máxima presencia, algunos códigos a los que estamos acostumbrados habiendo pasado por el sistema educativo, desaparecen naturalmente. Por ejemplo la evaluación de resultados. ¿Cómo se puede evaluar el presente? La evaluación no pertenece al aquí y ahora, es un juicio acerca de una experiencia ya vivida. Pero sería ridículo un sistema de evaluación que mida resultados estandarizados cuando la pedagogía genera otras condiciones de interrelación y otras vías de producción.
Muchas veces algo que fue vivido por los participantes de una manera completa y con una máxima entrega, si es evaluado al día siguiente, ya con los filtros y juicios del nuevo presente, se deforma, se contamina, y queda desfigurado por nuevos sentimientos que tienen que ver con los registros de este nuevo momento, de este nuevo día, que nada tiene que ver con lo vivido en la experiencia anterior.
Dicho de otra manera…
Es imposible atrapar o mantener la experiencia fresca incluso, mal que nos pese, pocas horas después.
La pedagogía del presente es dramáticamente frágil en su esencia.
Le sucede a los actores, a los músicos a los bailarines, que no pueden reproducir jamás la misma función al día siguiente.
Les sucede a los médicos cirujanos que tampoco pueden asegurar nada en los quirófanos a pesar de que cumplen con protocolos establecidos quirúrgicos al pie de la letra. Sus postoperatorios son todos diferentes.
Les sucede a los docentes, que sus clases jamás son idénticas a pesar de ser altamente programadas.
¿Qué anhelamos experimentar?
La presencia, como elemento clave en cualquier vínculo.
Estar presente, es estar en el presente.
Y esto no es un juego de palabras.
Es una alternativa de nuestra mente para desarrollarse como parte de un holograma viviente.
Un docente presente deja huella en todos los planos de sus discípulos, y no sólo en el racional o intelectual. Nos interesa que el docente se haga responsable de las huellas que deja, pues haga lo que haga su tarea dejará huellas. Y ya que estamos “condenados” por nuestra profesión a dejar improntas en nuestros discípulos, que estas busquen ser imborrables sobre todo por nuestro SER, por encima de nuestro HACER.
Una de nuestras principales herramientas para ayudar a generar estas condiciones de máxima presencia, son los ejercicios de ritmo y sincronía que venimos desarrollando hace muchos años, al igual que todas las experiencias de percepción de tiempo circular.
Experiencias que ponen todo el cuerpo en acción de manera individual y colectiva.
La mayoría sirven para vivenciar el vacío y la creatividad.
Va muy ligado al desarrollo de las potencialidades creativas del individuo con el estado de concentración y entrega necesarios para estar en el aquí y ahora, pues sin vacío no hay posibilidad de generar los insigths y renovar nuestras fronteras creativas.
Uno debe permitirse estar “distraído” en lugar de estar concentrado controlando cada instante, pues gracias a esas distracciones, cuando la mente se dispersa por curiosidades inesperadas, es cuando llegan las nuevas ideas.
Poder estar en ese estado de distracción produce individuos más felices.
Es difícil encontrar seres humanos tristes en medio de una explosión creativa inesperada.
Y estos momentos no son mágicos. Hoy la neurociencia ya nos informa que todos estos aspectos siempre se pueden aprehender.
La clave es imitar todo lo posible el funcionamiento de la naturaleza en nuestro planeta.
Si uno la observa verá que uno de los principios fundamentales en su interminable existencia es que no produce “basura” … el diseño natural no gasta energía en reciclar, pues la energía está enfocada en la trasformación, de todo lo que se va generando de su constante expansión creativa.
Por lo tanto en sí misma todos los elementos que la conforman, los visibles como los no visibles para el ojo humano, son irreemplazables. Y les son imprescindibles.
A la naturaleza le sirven cada una de sus piedras, no desecha las pequeñas pues aparentemente irradian poca energía o viceversa….lo mismo con cada uno de sus reinos…inclusive el humano. El último en sumarse a este programa educativo.
Cada partícula tiene su razón de ser si se la deja libre conformando una totalidad en la que todos están implicados.
La tarea docente justamente está en la capacidad de sintetizar, e integrar todas las áreas posibles que enriquezcan las experiencias en todos los niveles posibles para los participantes.
Desde ya, la capacidad de transmitir y los recursos para dicha transmisión son parte inseparable de la tarea docente. Por lo tanto, la creatividad comienza en el corazón y en la pasión de cada docente antes de entrar a la escuela o al aula o donde sea.
Justamente la columna vertebral de nuestro trabajo, y la que ha permitido amalgamar la unión de todas las áreas, viene siendo desde hace 40 años, la exploración rítmica. Como los ciclos rítmicos afectan nuestra vida, en los aspectos físicos, en nuestras emociones, nuestra mente, nuestras precepciones y nuestra conciencia.
Como partiendo desde nuestros propios latidos cardíacos, base de nuestras autosincronías, llegamos a niveles más profundos de sincronicidad a nivel colectivo.
El Ritmo es una ley de funcionamiento biológico, dentro del laberinto humano, que funciona más allá de nuestra voluntad pues en su mayor despliegue funciona bajo los impulsos del sistema neurovegetativo.
Así mismo, esta ley no comienza en la frontera de lo humano. Llega a los humanos pero ni comienza ni termina en nosotros